sábado, 12 de julio de 2008

Je te déteste

Que irónico resulta todo.
No me arrepiento de nada. Lo hecho, hecho está, pero no puedo evitar sentirme estúpida.
¿Cómo pude caer tan neciamente? ¿Cómo me permití sentir tantas cosas?
Recuperé la esperanza y desenterré mi lado frágil, el vulnerable, el que nadie conoce de mí y regalé sonrisas y abrazos y besos y también ese corazón maltratado que guardaba con recelo... ¿y para qué? : Para nada.
Estoy harta de los llantos ahogados en la almohada y de los constantes pensamientos que cruzan mi mente transversalmente.
Y a mí que nunca me gustó odiar a la gente, sin embargo, ahora siento tanto odio en mi alma, como si ya no quedara nada de aquello que un día admití sentir.
¡Me expuse tanto con esa confesión! Creí en tantas palabras bonitas y terminé descubriendo que era un vulgar "copy - paste", ese discursito cliché que todos en algún momento dicen.
Por lo menos podría haber inventado algo más original.