miércoles, 18 de noviembre de 2009

"Las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia"



El amor pone estúpida a la gente. La vuelve ciega, sorda y muda.
Les hace poner las manos al fuego con la inocente y ferviente esperanza de que no se van a quemar, y lamentablemente, basta con que miremos nuestras propias manos para enterarnos de que es una farsa. Todo el mundo tiene cicatrices.
Hoy no hablo por mí. Gracias a los espíritus cósmicos yo me encuentro lejos de toda esa cursilería (un millón de disculpas a la gente enamorada, mi visión de mundo en comparación a la suya puede que esté un poco distorsionada)
Llámeme pesimista si quiere, pero es que resulta que ya no creo en los corazones, ni en las flores ni tampoco en las palabras susurradas al oído, como decía la Pizarnik, "las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia"

sábado, 14 de noviembre de 2009

XIII



El abismo
La fragmentación del sujeto
El desdoblamiento y al mismo tiempo la multiplicidad
Todo se deshace y se refleja en esas otras
Otras formas, otros rostros
Sólo piensa en tí como el tiempo que se ha ido
¿Podrías hacer juego con sus mariposas y amapolas?

Pintor de puestas de sol,
me gusta cuando caen estrellas
y te miro a lo lejos

Yo el barco triste que pasa,
Tú, la inmensidad noche




domingo, 8 de noviembre de 2009



Te quería con atardeceres, cristales y manos de escritora.

Solía pensarte como "esa voz en que cae la eternidad"
como la otra parte del dibujo que alguna vez planeé grabar en mi pecho.
Sin embargo todo se diluye con el tiempo y yo con ello.

De mis palabras para él quedan muy pocas:
Sobreviven apenas un arcoiris y una estrella.
Se niegan rotundamente a dejarse morir.



lunes, 2 de noviembre de 2009

Pero el amor, esa palabra...



"Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente, porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños"


De Rayuela, Julio Cortázar