martes, 9 de septiembre de 2008


Era incierta en su mirar de cascada y sus risas de arrebol,
incierta en sus llantos y en sus delirios de atardeceres.
Me perdía yo en su cintura,
en sus muslos argentados, siempre inciertos
siempre incierta, lejana, perdida...
En sus manos de amapola guardaba lunas,
que había robado cada noche para el deleite de mis ojos.
Era una constelación meditabunda,
armoniosa en sus pliegues, insípida en sus movimientos.
Me besaba despacito,
y se alejaba, se alejaba con mi alma entre los dedos.
Ella se extraviaba entre las sábanas...
llevaba dos estrellas en las sienes.

2 días:

Camila Mardones dijo...

Me besaba despacito
Me besarías nuevamente?

ThePhantomLord dijo...

me gustó mucho este, siempre la metáfora le da más fuerza a las palabras :D