sábado, 24 de octubre de 2009

Muertes

En días como estos suelo morirme un poco.
En la habitación había un olor a espinas secas, y mi sonrisa pendía de un hilo desde el techo.
Un par de ojos grises me miraban desde una esquina.

¡Ay qué calor hace aquí dentro!
y a mí los huesos se me helaban por culpa de las castañas enmarañadas en el vientre.
Tengo dos gotas de rocío en los dedos,
y un profundo sabor a derrota en los labios.
La sangre púrpura
no sabe distinguir colores.
Yo no distingo
las letanías de la noche

Cristales rotos, copas y tres velas encendidas.
El palo santo humeaba.
Mi sonrisa bebía una copa de vino por cuenta propia.

Hipnóticos ojos grises y manos agujereadas por mariposas:
En días como estos yo suelo morirme un poco,
Me gusta respirar orquídeas y comer nostalgias líquidas
y a veces también me gusta adormecerme lentamente.


1 días:

Adrián López Cruces dijo...

Llegué aquí de la mano de Cardenal (con esa función de blogger que, cuando funciona, te señala personas que comparten tus afinidades).

Estoy realmente impresionado con tu forma de escribir. No creo que seas un proyecto de literata, lo que haces es ya literatura.