martes, 22 de septiembre de 2009

Cosa de costumbre

El ojo espía por la ventana: La callecita gris es aplastada por muchos pares de pies. En el costado, el mismo carrito de algodones de dulce de hace veinte años, manejado por un dueño que recién se adecúa al negocio. Cuando recuerdo el olor de las nubecitas rosadas una sonrisa se dibuja en mi rostro, ¡qué tiempos aquellos! Yo tan sólo era una chiquita de la mano de su madre.
En la vereda del frente aparece él. Adivino sus manos sudadas. Adivino también el paso que dará al segundo siguiente: los mismos cigarros de siempre. Las cosas no ha cambiado demasiado por aquí.
Yo tampoco he cambiado. Sigo en la misma casa, entre los mismos muebles heredados de la abuela, entre el piano y la vieja poltrona verde, entre mis libros de hojas amarillas.
Lo veo pasar todos los días. Conozco su modo de andar y sus gestos, también conozco la manera en que tocará a mi puerta en cualquier momento.
Me dirá "Buenas tardes" con su cortesía habitual y dejará caer un suave beso sobre mi mejilla. Yo lo miraré esperando otra cosa - Para que la gente no hable- me dirá. A mí la gente no me importa.
La puerta se cerrará tras él y las cosas se volverán convulsas. Me tomará entre sus brazos y me apretará contra él con una pasión avasalladora, esa que no ha cambiado con el paso de los años. Lo besaré,le morderé los labios, me pegaré a él como estrella a las rocas. Una vez más me dirá: "pequeña Medusa hazlo de nuevo" y yo tiernamente le susurraré al oído: Ay, mi amor! eres mi sombrero de todos los días.

1 días:

Nyausi dijo...

La cosa también es que es costumbre que no sólo espíe por la ventana. Como Medusa también tiene miles de cabezas de serpientes en el cabello... y muchos más ojos rasgados para mirar.