Yo solía escribir poesía en prosa y en verso, leer muchos libros y hablar de Vicente Huidobro a viva voz, pero no por eso me llamé a mi misma poeta.
También solía transformar mi aspecto, me volvía otros y otras, adquiría nuevas vidas y nuevos senitmientos, pero todo eso no me hizo ser actriz.
A veces, cuando tenía ánimo, entonaba canciones bonitas acompañada de una guitarra para quienes quisieran oírlas, pero eso tampoco me convirtió en un gran músico.
He aquí yo: la nada misma.