"Son tiempos difíciles para los soñadores" fue la frase que apresuradamente oí en algún lugar un día. Ciertamente, en ese momento no me percaté de que yo era uno de ellos.
Caí en la cuenta cuando recordé las interminables horas que pasaba mirando el techo de mi habitación, fantaseando con personajes y lugares ficticios, sumergida en mi eterno mundo de realidades incompletas e inconexas, entre mis libros, entre mis letras inconclusas.
Pero el mundo es cruel: desgarra, mata y entierra tus anhelos más profundos.
Los míos sobreviven apenas.
Caí en la cuenta cuando recordé las interminables horas que pasaba mirando el techo de mi habitación, fantaseando con personajes y lugares ficticios, sumergida en mi eterno mundo de realidades incompletas e inconexas, entre mis libros, entre mis letras inconclusas.
Pero el mundo es cruel: desgarra, mata y entierra tus anhelos más profundos.
Los míos sobreviven apenas.